Wednesday 25 September 2013

Condenado por confesión

Desde el otro lado de la ventana,
Iglesias negruzcas
Desde el otro lado de mi cabeza
Dioses maniatados
Desde el otro lado de mis ojos
Tu dejaste
De mantenerme el pulso
La debacle no es el fin
Si no la ausencia de fuerza
De comunión de la carne
Derretida en fluídos
De manar corrido.
Ahora mi energía aviesa,
Corre por hoteles baratos
Ciudades de grandes piedras
Perdiendo el acento
Echándote de menos
Contando monedas
Maldiciendo al viento
La puerta sigue abierta,
Por ahí se cuela el frío.
Hasta que vengas a cerrarla
Con tu manto torcido
Tu sonrisa de niña pícara
Montada sobre tus caderas
Clavadas en mi relieve
No puedo olvidar tu ombligo......
La vida ofrece cambios y transiciones,
Vivimos recordando la sal,
La expandemos sobre nuestras heridas,
Y recordar, y seguir viviendo en el mar.
Junto a la memoria, y lo ferreo de los sentimientos
Esas heridas no escuecen,
Pero van dejando un rastro de sangre
Que atrae a los tiburones, y a los vampiros
Y que si se extingue, brilla por las noches
Indicando nuestras coordenadas


Para comprender nuestros pasos

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